Más gente muerta en el mundo

El terremoto en un país siempre es desastroso.
Lo primero que me viene a la cabeza, antes de nada, es ¿cuántos de nosotros sabemos colocar un país determinado en el mapa? No es una tontería, es para empezar a explicarnos.
Ya lo tenemos ubicado, luego debemos pensar; ¿qué conocemos de este país? ¿Es tropical, es paradisiaco, se vive bien, la gente pasa hambre, viven del turismo? Un par de datos sencillos, muy sencillos de conseguir. No hay que ser ni jipi ni profesor universitario.
Ahora toca digerir fotografías, aunque no hay manera de hacerlo. A mí me resulta imposible ver a decenas, cientos, miles de personas muertas en un periódico o en la tele y no pensar en que algo falla. Se supone que los testimonios gráficos dan contenido, una explicación mejor, etcétera. Pero el uso que se haga de estos contenidos gráficos es una cuestión de la sensibilidad y la ética de los responsables que los publican.
No nos pararemos a descifrar por qué la tierra se remueve (he oído con acierto: vomita), tampoco pararemos a pensar por qué afecta más a un tipo de población (pobre) que a otro tipo de población (rica), porque de nuevo quedaría en suspenso nuestras sensibilidad y calidad humana.
Pero sí podemos analizar las cosas que suceden después, sin estudiar demasiado: el comportamiento de Estados, países, organizaciones. El comportamiento con la gente. El comportamiento de gente.
Y otra vez nos asaltan las fotos: un soldado con una metralleta reparte un botellín de agua.
Algo falla si no saltan todos los detectores y alarmas. Pero apenas saltan y quien las activa es tachado con velocidad de rojo, comunista, ecologista, pacifista, izquierdista, antisistema, etcétera. Con un par de sencillas etiquetas, queda protegido el país que manda en el mundo, y su aliado (o lacayo) europeo.
Pero lo que más me importa, de nuevo, es la gente, la que ya no está, por motivos obvios. La que se queda porque tendrá que vivir con la tremenda desgracia de analizar lo que ha sucedido.
(Y entonces cobra de nuevo valor, no me canso de citarlo, El informe Lugano de Susan George: Cuanta menos gente quede en el planeta, mejor vivirán los que queden...Y, repito, los que quedan son de dos clases).

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