Mortalidad

¿Cuántas personas pierden la vida por causas naturales, es decir, de viejos?

En el mundo actualmente vivimos casi siete mil millones de personas y subiendo, lo cual no podemos decir si es bueno o malo porque depende de demasiadas variables (ver Informe Lugano para más información) y porque no es el tema de este artículo.

Vivimos seis mil y pico millones de personas, individuos; no todos ciudadanos, ni mucho menos iguales, ni muchísimo menos libres. Podíamos decir que somos gente, una manera impersonal y abstracta de colocar una barrera científica que impida mirar a los ojos a los problemas.

El problema del crecimiento de población mundial se ha mencionado muchas, centenares de veces desde que en su día Malthus diera cuerpo a sus teorías, hoy por hoy abandonadas, pero retomadas puntualmente cuando algunos consideran relevante. Fue el instante en que se tomó conciencia de que la relación entre recursos (agua, comida, energía, etcétera) y personas podía dejar un balance negativo: esto es, que no llegue para todos.

La preocupación me surge cuando veo desaparecer a la gente sin motivo aparente. Y, aunque accidentes hay y habrá en cualquier momento, determinadas cuestiones nos recuerdan que los accidentes podrían evitarse y que buena parte de las muertes nosotros mismos las provocamos (la gente, las personas, la sociedad).

Hacer un catálogo puede considerarse morboso, pero resulta de enorme utilidad para tomar conciencia de la gravedad de este tema. Las guerras, el hambre, el VIH, el cáncer, las catástrofes naturales, los accidentes de tráfico, la carencia de agua, otras enfermedades de transmisión, etcétera. Y, a pesar de todo esto, el número sigue siendo favorable a las personas, crecemos.

Se podría dar un pequeño paso más: la esperanza de vida y la calidad de ésta. No tiene nada que ver si lo estudiamos por países, existen unas distancias tremendas: la esperanza de vida oscila entre los 32 y los 82-83. Debería dar que pensar y originar la sencilla pregunta ¿por qué se vive más y mejor en unos lugares que en otros? Porque es razonable pensar que en los países occidentales se vive mejor (y más), pero ello no quita para que el número de fallecimientos en estos países no deje de incementarse debido a las nuevas causas de mortalidad: desde el cáncer, al tabaco, a los accidentes de tráfico.

Son muertes relacionadas con el mundo moderno, las denominadas muertes del siglo XX (la del XXI podemos decir que es el cáncer). El cáncer se ha cargado ya literalmente a casi 20 millones de personas (en sus diferentes acepciones) y de dónde sale esta enfermedad: de lo que respiramos, comemos y bebemos -aunque la explicación científica va un poco más allá, ver los consejos preventivos me hace reafirmarme en mi afirmación anterior-, lo cual quiere decir que existen elementos perjudiciales para la salud del hombre que nosotros mismos estamos produciendo-provocando.

En segundo lugar del nefasto ranking se encuentran las paradas cardiacas. Pero en tercer lugar la neumonía y la grupe (se ven conjuntamente), y en sexto la diarrea -ha matado y mata a casi dos millones de personas-. Es decir, problemas asociados a la salud, los hábitos tanto sanitarios como alimentarios, como por ejemplo el agua: la carencia de ella asesina a 3 millones de personas.

El listado nos hace comprender el modo en que vivimos, porque, aunque resulte contradictorio, la manera en que morimos nos hace comprender el estilo de vida que llevamos y cómo realmente vivimos.

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