La sociología a la palestra, en los ojos de Amando de Miguel

Leo con interés una entrevista con Amando de Miguel, politólogo, aunque sociólogo de profesión, con 73 tacos (podría estar jubilado) y con una claridad de ideas agradable.

El hecho de estar o no estar de acuerdo con el punto de vista de una persona no tiene nada que ver con el hecho de apreciar y entender sus palabras. De hecho no puedo estar de acuerdo con una persona que se dice de derechas de manera irreprochable por cuestión de madurez personal, pues por esa misma regla de tres, toda persona mayor de 45 años debería ser de derechas y quien no lo fuera, podría considerarse inmadura.
Como todas las personas de esa edad, recurre a los años predemocráticos para hacer su parte de historia: se supone que los de mi generación hablaremos así de los años 80 dentro de treinta años.
A pesar de que habla con seriedad y fundamento critica varias cosas que me parecen una queja de abuelo cebolleta: la universidad y las encuestas.
Me explico, critica las encuestas y sus resultados y que no se les debe hacer caso sin una explicación, unido al hecho de que hay otros elementos para estudiar la sociedad. CLARO, no es una novedad, pero él mismo se lleva ganando la vida con esto desde los años 60.
Critica la Universidad y dice que los profesores cada vez son peores y menos listos. Pero también los alumnos, porque entra todo el mundo que quiere. Y, sorpresa, las universidades buenas son las de negocios, las privadas.
Lo que se paga es mejor, lo privado es mejor, los chicos y los profes sin más tontos, sospechoso, ¿los profes de menos de 40 años, los de más de 60? ¿Los de la vieja escuela, los de reciente compromiso?
Acceder a la universidad como alumno no es fácil, de hecho no todo el mundo tiene esta posibilidad, oportunidad, ni recursos. Pero acceder a los departamentos y las clases de la universidad requiere algo diferente, estómago, cintura y, en la mayoría de los casos, tragaderas, nada que ver con la inteligencia.
Amando de Miguel ha sido llamado el sociólogo de referencia de los españoles, porque salía en la tele. Cada vez que se necesitaba un punto de vista, lo llamaban. Resulta que ahora no lo llaman, será porque hay muchos sociólogos o será porque su punto de vista no es interesante –ya- o será que a los medios de comunicación en general no les interesa el punto de vista de sociólogos y politólogos.
Sea como fuere, es refrescante leer entrevistas de compañeros de profesión, digo de carrera, a pesar de los años y de las distancias.

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