una campaña tonta

Lo comentaba hace un par de días, esta campaña es sosa, pero tiene sus puntillos.
Como los anuncios de la tele.
PSOE saca a un tipo corre que te corre que aún llega. Gráfico.
PP saca a personas con carteles con mensajes abstractos. Barato (no necesitan gastar mucho en publicidad, no les hace falta según todos los sondeos). Y todo muy blanco, muy publicitario.
El PP ha puesto lo que todos denominan velocidad de crucero que no es otra cosa sino mantener las fechas de mítines, viajar a cuatro sitios, lanzar algún mensaje tipo España se parece a Italia por culpa del PSOE y poco más. Ayer mismo, una candidata popular de CLM insistía en que nuestros jóvenes (16-35 años, esto lo digo yo) no tenían posibilidades en Europa por culpa de la mala gestión del PSOE en temas de Educación. Ahí es nada, toda la juventud porque, como todo el mundo sabe, en España lleva gobernando el PSOE desde hace 40 años.
Uy, perdón, que ha habido alternancia, que el PP ha estado muchos años en el Gobierno. Lapsus políticos perdonables en campaña.
Como digo, la campaña deja imágenes bonitas y curiosas, como que Rubalcaba se apriete los machos y se desplace hasta el último pueblo grande o ciudad pequeña (donde se juegan votos, claro) a lanzar mensajes y mítines cortos. Hay que llegar, nadie duda de que este candidato se está dejando la pellica en el intento.
Y el candidato Rajoy en privado organiza sus ministros futuros, su no agenda futura y sus vacaciones de navidad que se alargarán hasta semana santa (¿alguien piensa que hará algo antes si no es movido por el imperativo germano-francés?)
Aunque mi imagen del día es de los candidatos de Equo en Albacete. Se han ganado mi simpatía (aunque mi voto no os lo pienso decir, queridos) por una simple cuestión: están haciendo una campaña tonta.
Y me explico. En Albacete usamos mucho la palabra tontás, referida a decenas de cosas, incluso a las más serias y respetables. Pues en este caso el domingo los vi en el Parque de Abelardo Sánchez en bici, con niños y repartiendo folletos sólo a quien se acercaba, sin atosigar. Estaban de domingo en el parque, como medio Albacete.
Pero el lunes por la tarde noche los volví a ver, en bici por mitad de la calle, quiero decir de la calzada, tres o cuatro de ellos, con la propaganda en en el manillar o sujeta al cuadro de la bicicleta (y no eran ni recién compradas ni de 300 euros), con un megáfono que se oía poco y mal. Una tontá.
La gente que los veía pensaba lo mismo que yo, ¡menuda tontá! Los coches que pasaban a su lado miraban las luces de las bicis, los logos verdes y pensarían: "A ver donde van estos tontos", porque era de noche, porque iban en bici y porque eran normales y corrientes (ni jipis, ni trencitas, ni coletas, ni sandalias, ni petardos, ni camisetas del Che, ...y que me perdone todo el que lleve coleta).
Se ganaron mi simpatía porque sé que el día 21 de noviembre seguirán como ayer, como tanta gente que piensa que la política es una manera de conseguir el máximo beneficio para el pueblo/ciudad/región/país en el que viven y no una manera de medrar.

(Eso sí, ahora cada cual que coja los programas políticos y decida, 

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