Dame facebook y dime tonto

En épocas turbias y turbulentas como la que vivimos, hay que tener cuidado con lo que dices, cómo lo dices y delante de quién lo dices.
Imagen de Freepik.es
Además, tienes que tener cuidado extremo en qué escribes, con qué emoticonos lo escribes y qué personas lo leen a través de tus redes sociales. Porque no existe el sarcasmo y la ironía en según qué mentes, como tampoco existen emoticonos para las figuras literarias y del lenguaje.
Ahora cualquiera puede decir cualquier cosa, pero ¿decimos exactamente lo que pensamos? ¿Tenemos recursos para ello? Y, la gente que lee, ¿entiende lo que decimos?
No.
Antes era complicado, ahora es incluso peligroso.
Ejemplo: Me meto en facebook, escribo una sandez, un amigo se ríe, se mofa de mí. Pero un segundo amigo no lo entiende y se enfada, se mete con amigo uno. Un tercer amigo se ríe de los dos y habla de un tema personal. Cuando yo quiero darme cuenta, se han enzarzado en ataques personales. ¡Y ni siquiera se conocen!
Pero lo peor de este ejemplo es cuando sucede con personas que sí se conocen, con amigos de toda la vida que, de repente, se descubren ante las redes sociales.
Como todos damos nuestro punto de vista al respecto de cualquier cosa, y todos sabemos de fúngol, política, comercio exterior, la distancia de la tierra a la luna, o el sexo de los patos, y encima tenemos a google para contrastar y confirmar cualquier, y afirmo cualquier punto de vista, pues, el lío se convierte en peligro.
Amigos que se enzarzan, amigos que descubren que sus amigos son jilipollas, inútiles, incompetentes o peor, concejales.
No tengo moraleja, no puedo, porque mis mismas palabras pueden ser malinterpretadas, cualquiera podría pensar de mí que soy idiota, inútil, incompetente, o peor, sindicalista.
Y como no hay emoticono, no entenderían la ironía, el sarcasmo, el juego de palabras, un calambur simple o una hipérbole hiperbólica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario