Introducción al crecimiento de una ciudad

¿Por qué crece una ciudad y no otra? ¿Por qué crece la ciudad hacia un lado y no hacia otro? ¿Por qué crece en un momento concreto? ¿Por qué desaparece un pueblo? El ejemplo de los motivos que llevan a una empresa a establecerse en Hellín, Villarrobledo, La Roda o Caudete son interesantes de analizar puesto que dan algunas pistas de cómo el crecimiento de esas ciudades ofrece opciones a quienes realmente dan contenido al ámbito geográfico: las personas.
Y ¿por qué las personas se ven condicionadas a pagar las consecuencias? El precio del terreno, el precio de la vivienda o la simple posibilidad de vivir-habitar en un lugar o en otro (no siempre dependiendo de la libre elección de la persona) son situaciones del día a día de cualquiera.
Es sencillo entender el punto de vista de M. Castells cuando asegura que las ciudades están condicionadas tanto por la economía como por el Gobierno, pero no sólo ellos, sino el resto de fuerzas que interactuan en la sociedad (hay que destacar cómo en algunos barrios de conocidas ciudades, determinados colectivos modifican el entorno y la configuración de la ciudad: el Carmen en Valencia, Chueca en Madrid, el mismo Albaycín de Granada. Sin la necesidad -total- del empuje de los gobernantes).
La economía condiciona el surgimiento de polígonos industriales, la compra venta de terrenos adyacentes y la especulación. Pero todos los elementos se influyen entre sí: la instalación de la universidad en Albacete infló el precio del terreno colindante y, por extensión, el precio de las viviendas construidas que se extendieron desde la carretera de Jaen hasta la carretera de Valencia, creando miles de viviendas -muchas de las cuales están deshabitadas o pendientes de ello-. Si en estos espacios donde antes apenas había huertas se instalan personas, el Ayuntamiento se ve en la obligación de instalar servicios mínimos (luz, agua, teléfono), así como otras infraestructuras: centros de salud, colegios, pistas de deportes, jardines. Así el terreno se hace más atractivo y se encarece, de manera que el crecimiento se convierte en natural.
Este mismo análisis lo podemos efectuar para la zona de Imaginalia (definido lógicamente por el centro comercial alrededor del cual ha nacido y que nadie conoce por su nombre administrativo).
¿Necesitaba Albacete este crecimiento o podía haberlo hecho hacia otro lado? Esto necesitaría un análisis mayor que nos obligaría a mencionar a las pedanías y pueblos cercanos (Chinchilla, Tinajeros, Mahora, La Gineta, etcétera) que se han visto involucrados en el crecimiento de Albacete ciudad sin saber bien cómo.
¿Ha tenido algo que ver la sociedad, las personas, la gente? Inicialmente puede parecer que no, pero falta saber el contenido social, real que darán a sus barrios o si sus barrios se convertirán en meros espacios de residencia. Finalmente serán las personas quienes decidan si son ciudades humanas (Richard Sennet) o meros apéndices de una ciudad calificada siempre como cómoda.
(Tiempo habrá de analizar más detalles)

No hay comentarios:

Publicar un comentario