Conciencia política

Se me ha metido una china en el zapato y llevo más de dos horas tratanto de sacarla, pero no hay manera.
Una piedrecilla que podríamos decir no es otra cosa sino conciencia mal domesticada. Creía que lo había hecho al pasar los 30. Resulta que cuanto más me acerco a los 40, más insiste en salir.
Hay varios detonantes que no ha lugar citarlos, son personales. Pero son los generales, simplemente echar un vistazo a cómo están las cosas y cómo podrán quedarse, me da miedo. Y no es el miedo paterno a que mis hijos tengan un futuro peor (que también. Pero ellos pelearán sus propias batallas).
Me aterra que nos hayamos convertido en una gran masa que critica a la hora del café pero que llena más plazas de fútbol y salones frente a la televisión. Estas dos obviedades, manidas, recurridas, dichas mil veces, tienen más sentido hoy.
Hay más canales, hay más partidos, hay menos información pero más espectáculo y decir otra vez pan y circo suena tan ridículo que me avergüenzo de saberlo y no hacer nada por evitarlo.
Disponemos de Internet pero la información que nos llega es tan sesgada y está tan manipulada que hay que esforzarse por encontrar información de actualidad que merezca la pena. Y eso supone una dedicación que no todo el mundo hace ni puede hace ni puede hacer.
Ahora es el momento de decidir el voto, reducto democrático que nos queda a muchos que no participamos en la ciudadanía activa (esto significa, ni más ni menos, que pronunciarnos sobre lo que vemos y vivimos, sin esperar a que lo hagan por nosotros) y la situación se complica.
En Castilla-La Mancha tenemos dos o cuatro posibilidades. La cosa es, ¿votar más de lo mismo o cambiar y arriesgar a algo que da miedo? O, ¿arriesgar con el voto a partidos minoritarios que por la injusta ley no sacarán representación suficiente para...representarnos?
Una persona cercana a mí, que no se caracteriza por saber de política pero sí de interesarse por todo lo que sucede a su alrededor me dijo: "Tengo la sensación de que nos engañan a cada momento, con cada palabra. Incluso desde las noticias".
Y esta sensación es mayoritaria, el distanciamiento de los políticos profesionales es evidente y puede provocar que muchas personas, al llegar el 22 de mayo de 2011 (día de las elecciones regionales y municipales) sean muchos los que insistan en que votar no sirve para nada, o votar en blanco es dar el voto a un sistema injusto.
El voto de las urnas vale, puede cambiar tendencias, a pesar de que el sistema actual es INJUSTO para los puntos de vista no mayoritarios.
Pero me reafirmo en el voto de todos los días, en el punto de vista crítico, en el trabajo diario de poner las cosas difíciles a quien legalmente nos representa.
Hay proyectos que merecen la pena.
Y quien lo haga mal, que se encuentre de frente con nuestras voces altas, críticas, duras. Tanto como para acabar con cualquier mal gobernante.
(La culpa de este artículo la tienen El Primo, La Hermanica, El Presidente -que ya no lo es- y la señora del Presidente).

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