Sé que no con el fútbol no se puede bromear pero con la política sí, y con el paro, la intervención y la incapacidad manifiesta de nuestros gobernantes, así que, allá voy.
Cuartos de final en Sudamérica (sedes Méjico y Brasil):
Árbitro (un tipo negro, elegante, bien hablado, con sonrisa profidén y que manda más que nadie en el mundo).
- Rescatados vs socialistas (malmenor) recién elegidos.
- Euroescépticos sin euro vs intervenidos.
- Superrescatados vs los que mandan.
- Checos (¿?) vs cocacolanikemacdonals (si vives fuera, claro).
Son gracietas de verano, porque ya es verano a fin de cuentas. Y si echo un vistazo a las noticias, a casi todos nosotros nos interesa más el fútbol, las próximas olimpiadas o la operación bikini, que el hecho de que el presidente del Gobierno se haya cargado el Parlamento.
Y lo digo clarito: el Gobierno gobierna, en el Parlamento se debate. Si no hay debate, no hay Parlamento, se ha convertido en el sitio donde se juntan unas cuantas personas (empleados públicos interinos, recordadlo) a hablar un rato, que les regalen telefonillos de última generación, aprender a hacerse el nudo de la corbata y decir frases solemnes llamándose a sí mismos "señorías".
El señorío en mi pueblo se tenía o no se tenía. En cambio los señoritos eran otra cosa. Y de hecho, son otra cosa.
No hay políticos de verdad en el Parlamento, y si los hay no se les permite destacar (ni dentro de los aparatos de partido ni el propio sistema).
No es momento de confusión, no es momento de economías, es momento de políticos con miradas (ni siquiera de soslayo o con disimulo) a empresas privadas, no es momento de llenar titulares con datos económicos que nadie entiende (no hay más que repasar la prensa especializada para darse cuenta de que ni entre ellos se ponen de acuerdo. Aunque esto es fundamental para que sus actos pasen desapercibidos). Es el momento de políticos de verdad, los que saben, los que conocen la sociedad en la que viven, no la empresa en la que quieren trabajar dentro de cuatro años. Los que no tienen miedo de hablar con argumentos. Miedo a que los echen, a que los insulten en los pasillos del congreso. Políticos sin miedo a tener ética y dignidad.
Una vez empiecen los cuartos de final podremos debatir más en serio, pero siendo malo haré la pregunta del millón: ¿Alguien duda de que los que mandan llegarán a la final y posiblemente la ganarán?
¿Ganarías tú a tu jefe a un partido de tute, bochas, mus, incluso golf o padelllll?
No, nunca jamás, aunque te duela la honrilla, le dejas ganar para que te siga dando migajas.
Si me equivoco, en una semana me lo decís. Porque si ganan los intervenidos o los superrescatados me dará un ataque de risa.
Aunque, siendo sinceros, a mí me gustaría que ganasen las Islas Salomón.
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