Lo primero que me llamó la atención fueron los zapatos brillantes del presentador, prueba de que la cosa no empezaba bien.
Luego me pasó como con la COPE del JMNZ LSTS, y el chiste del marciano y el tricornio de la Guardia Civil: se me empezó a poner una mala leche...
Un pederasta, un asesino, un ladrón, cosas de barrio.
Me pregunté dónde estaría la escopeta de caza de mi abuelo para salir a la calle a disparar a la gente (sólo a los malos, no me malinterpretéis. Y yo sé quiénes son los malos), luego recordé que mi abuelo era más tonto que yo, si cabe, y no tenía escopeta, sólo mandil, formón, martillo, tachuelas, cepillo y cera de abrillantar.
En mi peor fase de mala uva me encontraba cuando sin quererlo o queriendo a la vez recordé que las noticias de 4 pertenecían a un grupo empresarial y que quizás lo que pretendían era exactamente esto: ponerme de más mala uva de lo que ya estaba.
Así que cambié a Castilla-La Mancha Televisión.
Apareció Heidi apareció la Abeja Maya y apareció Candy Candy, y volví a ser persona.

Por suerte para mí no tenía Internet, no tenía ni un libro cerca.
Por suerte para mí sólo tenía cerca una mantita tejida con manos de abuela y un cojín mullido.
Para hacer la vida más fácil.
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