Canal Cuatro vs Castilla La Mancha Televisión

Ayer, no preguntéis por qué, estuve un rato viendo las noticias de 4.
Lo primero que me llamó la atención fueron los zapatos brillantes del presentador, prueba de que la cosa no empezaba bien.
Luego me pasó como con la COPE del JMNZ LSTS, y el chiste del marciano y el tricornio de la Guardia Civil: se me empezó a poner una mala leche...
Un pederasta, un asesino, un ladrón, cosas de barrio.
Me pregunté dónde estaría la escopeta de caza de mi abuelo para salir a la calle a disparar a la gente (sólo a los malos, no me malinterpretéis. Y yo sé quiénes son los malos), luego recordé que mi abuelo era más tonto que yo, si cabe, y no tenía escopeta, sólo mandil, formón, martillo, tachuelas, cepillo y cera de abrillantar.
En mi peor fase de mala uva me encontraba cuando sin quererlo o queriendo a la vez recordé que las noticias de 4 pertenecían a un grupo empresarial y que quizás lo que pretendían era exactamente esto: ponerme de más mala uva de lo que ya estaba.
Así que cambié a Castilla-La Mancha Televisión.
Apareció Heidi apareció la Abeja Maya y apareció Candy Candy, y volví a ser persona.
Se me olvidó el paro, se me olvidaron los pederastas, los asesinos, los ladrones, los que llevan dinero a Suiza porque los bancos de aquí no dan buen interés (aquí os podéis echar unas risas), se me olvidó todo y cené  tranquilo, con la conciencia adormecida y sumida en un reposo idílico y soporífero.
Por suerte para mí no tenía Internet, no tenía ni un libro cerca.
Por suerte para mí sólo tenía cerca una mantita tejida con manos de abuela y un cojín mullido.
Para hacer la vida más fácil.

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