El poder del micro

Cuidado con lo que dices, todo el mundo te escucha

Daba un paseo con un ser querido cuando me ha dicho cómo era posible que se dijeran tantos disparates últimamente en los medios de comunicación. No se refería a los periodistas sino a los políticos de uno, otro y otros bandos.
Me preguntaba si esas personas se colocaban frente a las cámaras y decían lo primero que les pasaba por la cabeza.
"No, no", le contesté yo. "Estas personas llevan asesores y asesores de asesores. Incluso equipos técnicos para cada uno de los asuntos concretos".
"¿Llevan asesores? ¿Cobran por ello? ¿Y por qué no los despiden y os contratan a alguno de los que estáis en paro?" Me dijo de nuevo el ser querido. "Incluso siendo de ideología diferente les echaríais una mano, lo harían mejor que siguiendo los consejos de la gente de su partido".
Me ha dado que pensar, mucho.
Luego hemos visto en las redes sociales el nuevo disparate de un ministro al respecto de las personas homosexuales.
Uno se queda sin palabras, o las palabras que brotan de las teclas no son dignas de escribirse.
Le he contestado a mi ser querido que el que lo ha dicho debe ser un Premio Nobel, un listo, vamos.
La misma educación que yo procuro al escribir, no la muestran las redes sociales.
La cantidad de insultos y tacos que he leído me ha hecho gracia porque demuestra que muchos partidos políticos, no me refiero sólo al PP, no son conscientes de cómo se mofan de ellos, cómo se ríen de ellos.
Sí, sí, mandan, dirigen el país, pero todo el mundo se ríe de ellos, se mofan de ellos, los caricaturizan.
Y eso no es bueno, genera una brecha tremenda. Además de la cuestión principal: no están haciendo su trabajo.
Además, los diputados, los ministros, los presidentes, se largarán. Bueno, algunos diputados no (han hecho carrera en el partido y se jubilarán con el sueldo público que les pagaremos los demás). Se irán a sus respectivos puestos de trabajos sin ser conscientes de que la gente, cuando los vea, comentará: ¿te acuerdas del vídeo de Groucho Marx, te acuerdas del vídeo de "en el parostoy?". Sí, sí, serán ricos, trabajarán como consultores en las empresas privadas que nos suben los recibos mes a mes. Pero todo el mundo se mofará de ellos, se reirá de ellos, los caricaturizará. Porque en España somos así de curiosos y en la era de Internet, mucho más fácil, sólo tienes que darle a google y salen TODO.
Ni siquiera tendrán a un asesor que les escriba discursos en su propia defensa o en defensa del honor de sus hijos, o que les recuerde día a día, una y otra vez, de manera machacona, que vivimos en 2013, en el siglo XXI, en una democracia, que el poder es del pueblo. Que desde 1978 tenemos una constitución que da el poder a mucha gente.
Mucha gente que puede decir y hacer lo que considere oportuno y ellos, como representantes políticos, no como directores o consultores de empresas, como personas elegidas por personas, tienen que trabajar para ellas, escucharlas, trabajar, escucharlas. Nunca utilizar su poder (cedido por nosotros) para decir disparates, hacer disparates, ofender, o insultar.
Esto lo sabe hasta el asesor, jefe de gabinete o jefe de prensa más tonto. No es necesario hacer un máster en la Carlos III, o en la Pontificia, en London o en la Johns Hopkins.

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